Congreso de la República (PERÚ).
La legislación debe ser clara y contundente, incluso para aplicar sanciones severas a los partidos políticos que contribuyen a esta figuras extrañas y sospechosas, por no evaluar correctamente a sus candidatos o por servir de vientre de alquiler o conformar sus listas de postulantes por “amistad” o sólo por aportes económicos fuertes para financiar campañas; la responsabilidad está en las agrupaciones que incluyen en sus listas a personas que adolecen de valores y formación ética, sin trayectoria democrática o que utilizan partidos para llegar al Congreso y después sentirse independientes, considerando que son electos por sus votos y no por la lista que integraron. Los postulantes deben entender que existe un lazo que une a la agrupación con las preferencias electorales; si no hubiera partido, no seria candidato y si no hubiera votación nunca seria elegido. No deben olvidar que las agrupaciones les permiten acceder a los cargos públicos; y, por consiguiente, debe existir un mínimo de respeto a la ciudadanía, a la organización y, sobretodo, a sus votantes. Para ello, los propios partidos deben hacer docencia política y explicar las tareas, funciones u obligaciones de los aspirantes a cargos de elección popular, así como hacerles ver la responsabilidad que originaría una conducta inadecuada; hay que aceptar la renuncia, pero no fomentarla. No destruyamos la esencia de la democracia que esta afianzada en los partidos políticos, con vocación democrática; ayudemos a fortalecerlos y no contribuyamos a la destrucción, ni a la falta de credibilidad de la población.
Nuestro BLOG considera urgente la aprobación de medidas severas destinadas a evitar la promoción o aval de los parlamentarios tránsfugas; por ejemplo, si algún congresista decide renunciar a su agrupación política, debe quedarse como independiente y no debe integrar ningún otro grupo parlamentario, ni poder crear uno nuevo, durante el período para el que fue electo, así evitaríamos la creación o modificación permanente de nuevas bancadas que generalmente crean una inestabilidad democrática. Nadie discute que un congresista pueda renunciar al grupo político que le permitió acceder a una curul, es su derecho y las razones pueden ser desde partidarias hasta personales; lo que se cuestiona es que luego de apartarse de la agrupación que le permitió acceder al Poder Legislativo, pasen a integrar otra bancada o pretenda crear una nueva, desnaturalizando la composición de los grupos parlamentarios. Quien renuncia permanecerá solitario y aislado; sólo integrará las comisiones donde tengan espacio los independientes y sufrirá las limitaciones que originan el retirarse del Partido que le permitió acceder al Poder Legislativo; tampoco podrá acceder a cargos directivos, ni integrar delegaciones oficiales, ya que no integra ningún grupo parlamentario. No permitamos que quienes renuncian sean reclutados o constituyan otras agrupaciones sin ningún ideal en común, sin una votación sólida, ni disciplinada, que sólo aumentan sus integrantes para tener cierta cuota de poder y negociar determinados privilegios o prebendas.
La legislación debe ser clara y contundente, incluso para aplicar sanciones severas a los partidos políticos que contribuyen a esta figuras extrañas y sospechosas, por no evaluar correctamente a sus candidatos o por servir de vientre de alquiler o conformar sus listas de postulantes por “amistad” o sólo por aportes económicos fuertes para financiar campañas; la responsabilidad está en las agrupaciones que incluyen en sus listas a personas que adolecen de valores y formación ética, sin trayectoria democrática o que utilizan partidos para llegar al Congreso y después sentirse independientes, considerando que son electos por sus votos y no por la lista que integraron. Los postulantes deben entender que existe un lazo que une a la agrupación con las preferencias electorales; si no hubiera partido, no seria candidato y si no hubiera votación nunca seria elegido. No deben olvidar que las agrupaciones les permiten acceder a los cargos públicos; y, por consiguiente, debe existir un mínimo de respeto a la ciudadanía, a la organización y, sobretodo, a sus votantes. Para ello, los propios partidos deben hacer docencia política y explicar las tareas, funciones u obligaciones de los aspirantes a cargos de elección popular, así como hacerles ver la responsabilidad que originaría una conducta inadecuada; hay que aceptar la renuncia, pero no fomentarla. No destruyamos la esencia de la democracia que esta afianzada en los partidos políticos, con vocación democrática; ayudemos a fortalecerlos y no contribuyamos a la destrucción, ni a la falta de credibilidad de la población.
En ese sentido, nuestro BLOG considera que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) debe cumplir un rol activo-importante en el fortalecimiento de los partidos políticos; la máxima instancia electoral no sólo debe preocuparse de la inscripción de agrupaciones, con cierto número de firmas de adherentes o de exigir la presentación del curriculm vitae de los postulantes, ni limitarse a pedir la entrega de antecedentes policiales y/o judiciales u hojas de vida de los aspirantes. Más importante sería que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) éste vigilante de la conducta democrática de las organizaciones políticas, del comportamiento de los miembros de las organizaciones políticas y de buscar normas legales enérgicas para aplicar sanciones ejemplares, para lo cual, en caso de ilícitos penales deberá formalizar las denuncias correspondientes ante el Ministerio Público (MP) para que intervenga en su calidad de titular de la acción penal pública, defensor de la sociedad y legalidad.
Jurado Nacional de Elecciones (PERÚ).
El Jurado Nacional de Elecciones (JNE) no debe ser un ente decorativo en la marcha o desempeño democrático de los partidos políticos, ni un simple espectador de las renuncias de los militantes elegidos para cargos públicos de votación popular, ni de la existencia de congresistas tránsfugas que cambian de partido rápidamente o crean grupos parlamentarios que desnaturalizan el trabajo legislativo y de control político o fiscalización. No entendemos porque razón hasta la fecha, la máxima instancia electoral aún no presenta los proyectos de Ley necesarios para desarrollar estas labores que apuntan a fortalecer las agrupaciones partidarias y combatir a los parlamentarios tránsfugas que originan una descomposición democrática del Poder Legislativo. Ítem más, debe estudiarse la posibilidad de anular o cancelar la inscripción de los partidos políticos que fomentan los vientres de alquiler o alimentan la existencia de tránsfugas en los cargos de elección popular.
El Jurado Nacional de Elecciones (JNE) debe respetar la inscripción de los partidos, los procesos internos para elegir a sus dirigentes, las elecciones para sus representantes a cargos públicos, el trabajo propio de cada organización partidaria y mantener el registro de organizaciones; igualmente, debe recibir la renuncia de todos los militantes para la anotación en su registro, con mayor razón cuando se trata de quienes desempeñan funciones públicas en cargos de elección popular, llámese congresistas, presidentes regionales, consejeros regionales, alcaldes o regidores y en estos casos, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) debe estar vigilante del desempeño de la función pública de la autoridad que renunció, para evitarse el transfuguismo y la destrucción de la esencia de la democracia.
Lima, junio del 2010.
El Jurado Nacional de Elecciones (JNE) no debe ser un ente decorativo en la marcha o desempeño democrático de los partidos políticos, ni un simple espectador de las renuncias de los militantes elegidos para cargos públicos de votación popular, ni de la existencia de congresistas tránsfugas que cambian de partido rápidamente o crean grupos parlamentarios que desnaturalizan el trabajo legislativo y de control político o fiscalización. No entendemos porque razón hasta la fecha, la máxima instancia electoral aún no presenta los proyectos de Ley necesarios para desarrollar estas labores que apuntan a fortalecer las agrupaciones partidarias y combatir a los parlamentarios tránsfugas que originan una descomposición democrática del Poder Legislativo. Ítem más, debe estudiarse la posibilidad de anular o cancelar la inscripción de los partidos políticos que fomentan los vientres de alquiler o alimentan la existencia de tránsfugas en los cargos de elección popular.
El Jurado Nacional de Elecciones (JNE) debe respetar la inscripción de los partidos, los procesos internos para elegir a sus dirigentes, las elecciones para sus representantes a cargos públicos, el trabajo propio de cada organización partidaria y mantener el registro de organizaciones; igualmente, debe recibir la renuncia de todos los militantes para la anotación en su registro, con mayor razón cuando se trata de quienes desempeñan funciones públicas en cargos de elección popular, llámese congresistas, presidentes regionales, consejeros regionales, alcaldes o regidores y en estos casos, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) debe estar vigilante del desempeño de la función pública de la autoridad que renunció, para evitarse el transfuguismo y la destrucción de la esencia de la democracia.
Lima, junio del 2010.